Editorial n.3
Quizás hacer una revista no sea un arte, sino una práctica. Algo que oscila entre lo que sabemos y lo que no sabemos. No tenemos el conocimiento cabal, completo, sobre lo que queremos que La forma breve sea. Cada número se va definiendo en el transcurso, las propuestas que haremos, las nuevas ideas que surgen. Cada vez es un recomenzar, repensar, ir modelando lo que nos interesa. Hay un tiempo informe en el que nuestro deseo e interés se va materializando en el número concreto, distinto del anterior y nuevo para nosotras, en diálogo con los autores y autoras que participan. Algo de artesanía también tiene, una manera personalizada de acompañar el proceso.
Llegar al número 3, al final de este año que no da respiro y que recrudece con más desfinanciamiento, persecuciones y el intento de censura de libros, es un logro para nosotras y una forma de insistir en lo que queremos. A esta altura también nos dimos cuenta de que la frecuencia semestral no aligera demasiado el trabajo que nos demanda cada publicación: catarata de mensajes y audios por whatsapp, encuentros y conversaciones con los autores, lecturas, revisiones, ideas que prosperan o quedan en el camino. Terminamos cansadas pero dichosas como después de un banquete.
Este número no es la excepción. Tenemos un menú variado y bien especiado. Un menú que recorre el globo, desde el lejano Japón en la evocación de Agustina Rabaini de su bisabuela Noye hasta la tierra roja de Acheli Panza y su Misiones natal, desde el bullicioso Alto boliviano de Quya Reyna hasta el campo santafesino donde anidaron el gusto por las historias y las entonaciones íntimas de Osvaldo Aguirre.
Victor Florido escribe un cuaderno de bitácora del cuadro que está pintando, nos permite acompañarlo en sus reflexiones y reformulaciones. En esta nueva entrega de sus piezas orales, así le gusta llamarlas, la voz de Alberto Muñoz suena y resplandece a la luz de la luna.
Amamos el ensayo como forma de la escritura y del pensamiento, donde la imaginación y la experiencia personal, la reflexión y los sentimientos, se dan la mano y proyectan imágenes lúcidas que nos interrogan, como en los textos de Fabio Morábito y Margarita Saona; donde el tema es una excusa para preguntarse por nuestro estar en el mundo y la relación con los elementos que nos preceden y nos sobrevivirán, como las piedras alrededor de la represa de Salto Grande, en el relato de Paula Galansky. Sebastián Chilano lee el paso del tiempo y la muerte de su padre en La mujer que escribió Frankenstein, de Esther Cross. María Andrea Donnini lee y traduce a la poeta estadounidense Marianne Moore, faro de tantos poetas. Cecilia Ferreiroa lee las cosas que va juntando en su biblioteca y Alejandra Zina, los cuerpos de las mujeres en un vestuario.
Las imágenes de Ariadna Lasser que acompañan este número evocan el pasado y al mismo tiempo piensan un futuro posible o deseable. A través de la inteligencia artificial la fotógrafa genera escenas que se acercan a lo que imagina o sueña. Como en los anteriores, la curaduría visual no pretende ilustrar las entradas sino sumar una mirada personal que dialogue con el conjunto de las intervenciones.
Estamos muy contentas con esta tercera entrega que cierra el año y se abre al verano. Queridas y queridos lectores, esperamos sus visitas y sus comentarios.
Alejandra Zina (Buenos Aires, 1973)
Coordina talleres y clínicas de narrativa. Sus cuentos forman parte de antologías de Argentina, Uruguay, Brasil, México y España. Sus últimos libros son Íntima distancia (Dábale arroz, 2021), una serie de textos híbridos, y la colección de cuentos Hay gente que no sabe lo que hace (Paisanita, 2016). Desde 2006 hasta 2023 fue una de las organizadoras del ciclo Carne Argentina de lecturas en vivo.
Foto: Noelia Monópoli
Cecilia Ferreiroa (La Plata, 1972)
Vivió su infancia en el exilio, primero en Venezuela y luego en México. Es autora de los libros de cuentos Señora Planta (Blatt & Ríos, 2016) y La parte enferma (Obloshka, 2020). Integró la Antología Cuento Digital Itaú 2012 y publicó narraciones en diferentes revistas y suplementos periodísticos, así como algunas reseñas. Fue una de las organizadoras del ciclo de lecturas en vivo “Lecturas y Licores” en la librería Caburé de San Telmo. Trabaja en programas de promoción de la lectura y de acceso al libro, y dicta talleres escritura. Su próxima novela, Nombre de familia, saldrá en 2025 por el sello EMECÉ.
Foto: María Cirer
Noelia Monópoli (Mar del Plata, 1978)
Fotógrafa, docente y licenciada en curaduría en artes (UNA). Coautora del libro Momentos Nómades, un recorrido visual de Asia a América. Como fotógrafa ilustró tapas de libros de ficción y retrató a sus autores para diferentes editoriales (Paisanita Editora, Random House, Asphalte Francia, entre otras).
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