Panteones

Por Ana Fornaro
Ana, ¿tenés un segundo? Te llamo; quiero decirte algo. Compramos un terrenito precioso ahí en un cementerio de la Costa de Oro. Es para que tengas un lugar donde dejar las cenizas después. Al final decidimos que nos vamos a cremar. No tiene sentido lo otro y esto era más barato. No, es un quilombo. Lo del panteón del Cementerio Central es un clavo. Hay que sacar como seis generaciones de muertos y además no se puede vender porque está justo en un lugar que es patrimonio histórico.

Abecedario ruso

Por Marina Berri
Cuando tenía catorce años leía a Tolstói, a Dostoievski y a Pushkin en las ediciones dudosas que encontraba por ahí. Las letras eran un trineo por el que me deslizaba lejos de mi habitación de Mercedes. Cuando cumplí veintisiete me fui de viaje a Perú. Iba en un colectivo con un libro de Maupassant en francés. En el asiento de al lado viajaba un dentista ruso. Hablamos en inglés. Me preguntó: inglés, francés, italiano, ¿por qué ruso no?

Un cuento sin palabras

Por Hernán Lucas
Después de vivir durante años en el piso 14 de una torre, me mudé a un pasaje de principios del siglo pasado. Casi al mismo tiempo, me hice papá de Azul. Después de desayunar, muy temprano, bajábamos al patio del pasaje (que es súper silencioso, aunque esté metido en el abrumador barrio de Once), nos sentábamos en el zócalo de alguno de los canteros y nos quedábamos por ahí hablando o jugando.

Escrito en el viento

Por Roberto Appratto
El recuerdo llega. “Y de pronto el recuerdo surge” como dice el narrador de En busca del tiempo perdido cuando, después de mojar la magdalena en el té por cuarta o quinta vez, rememora las casas, las calles, los campanarios, los árboles, la caminata por un lado y por otro, alrededor de una circunstancia del pasado, cuando también mojaba una magdalena en un té.

En blanco y negro

Por Eduardo Muslip y Alejandra Costamagna
Quiénes eran nuestros padres antes de ser nuestros padres. Es una pregunta que nos acompaña toda la vida. Nos cuentan anécdotas, heredamos cosas que les pertenecieron, miramos fotografías o filmaciones caseras y aún así, la pregunta persiste como un misterio sin resolver.

Batalla campal

Por Mariana Docampo
A mediados del 2023 estuve en medio de una batalla campal. A veces se da que vivís un tiempo largo de calma, en donde en apariencia no pasa nada y de repente salta a la luz el perro de tres cabezas, que había estado ahí agazapado todo el tiempo, pero vos no lo sabías. Desde hace casi dos años vivo en General Rodríguez, en un lote que me cedió mi mamá y donde construí mi casa, y los terrenos de al lado son de primos y tíos, que los tienen abandonados.

Takishi

Por Cecilia Ferreiroa
El asiento de la calesita donde estoy sentada es de madera y entro cómoda. Mi prima está frente a mí y también está sentada cómoda en su pequeño asiento. La calesita está quieta y nosotras estamos muy rectas en el eje vertical. No tenemos la inclinación de un movimiento reciente, que se acabara de detener, o incipiente, a punto de suceder, y al que quisiéramos darle envión. Estamos perfectamente quietas, y erguidas.

El poeta como traductor vacilante: Philippe Jaccottet

Por Matías Serra Bradford
Un sitio rocoso, de clima alpino, ubicado entre dos valles. No resulta difícil imaginar la vida de Philippe Jaccottet en Grignan, asentado en ese antiguo pueblo del sudeste francés hace más de medio siglo; tampoco es arduo imaginar el advenimiento de palabras a su papel: “Trabajo en este jardín, los poemas llegan a mi cabeza ellos solos.

Verano

Por Lila Gianelloni​
Vladir salió de la casa con la pala de punta apoyada en el hombro y en la mano un gran pájaro muerto que traía agarrado de las patas. Todavía estaba oscuro. Atravesó un jardín de malezas y se paró frente al yuyal que rodeaba la casa. Puso el pájaro en el suelo. Clavó la pala en la tierra y sacó unos terrones negros que dejaban las raíces a la vista. La luna brillaba.