Liberación del elefante

Por Fabio Morábito

Esto tiene de peculiar el elefante: no puede saltar, no puede dejar de apoyar al menos una pata en el suelo, no sabe qué significa abandonar aunque sea por un instante la tierra, y puesto que no lo sabe, puesto que ignora la experiencia de volver ileso a la tierra después de un salto, no sabe si está vivo o no, y vive en un permanente estado letárgico.