Presentación de La Forma Breve

El viernes 22 de septiembre de 2023, en la librería Caburé (San Telmo, CABA), presentamos el primer número de La forma breve. Imágenes y palabras, así empezó el encuentro. Mientras se proyectaban fotos de las curanderas que entrevistó y fotografió Jose Nicolini en su libro Las que vencen, curaduría visual de este primer número de la revista, Claudia Cantero se puso en la piel de esas mujeres y leyó algunos testimonios.

Las que vencen, de Jose Nicolini

Por Noelia Monópoli
La humedad se hace palpable desde las primeras páginas. Se siente, se huele, se ve. Lo verde del paisaje va emergiendo a medida que aparecen las imágenes y también las palabras. La lluvia, compañera, guía y ralentiza el viaje. Invita a un nuevo tiempo, el del litoral, pausado. La naturaleza como reloj, como cura. 

Takishi

Por Cecilia Ferreiroa
El asiento de la calesita donde estoy sentada es de madera y entro cómoda. Mi prima está frente a mí y también está sentada cómoda en su pequeño asiento. La calesita está quieta y nosotras estamos muy rectas en el eje vertical. No tenemos la inclinación de un movimiento reciente, que se acabara de detener, o incipiente, a punto de suceder, y al que quisiéramos darle envión. Estamos perfectamente quietas, y erguidas.

El poeta como traductor vacilante: Philippe Jaccottet

Por Matías Serra Bradford
Un sitio rocoso, de clima alpino, ubicado entre dos valles. No resulta difícil imaginar la vida de Philippe Jaccottet en Grignan, asentado en ese antiguo pueblo del sudeste francés hace más de medio siglo; tampoco es arduo imaginar el advenimiento de palabras a su papel: “Trabajo en este jardín, los poemas llegan a mi cabeza ellos solos.

Verano

Por Lila Gianelloni​
Vladir salió de la casa con la pala de punta apoyada en el hombro y en la mano un gran pájaro muerto que traía agarrado de las patas. Todavía estaba oscuro. Atravesó un jardín de malezas y se paró frente al yuyal que rodeaba la casa. Puso el pájaro en el suelo. Clavó la pala en la tierra y sacó unos terrones negros que dejaban las raíces a la vista. La luna brillaba.

La pausa

Por Inés Garland
Mi madre decía que a partir de cierta edad ya no se trata de agradar sino de no desagradar. A ella se lo decía su padre.  A partir de cierta edad era su manera de llamar a la menopausia. Jamás la oí decir esa palabra cuando era ella la que la atravesaba. Yo no estoy tan segura de que la menopausia se atraviese. Más bien diría que es ella la que nos atraviesa.

Saber que se tiene

Por Gloria Peirano
Tuve una gran suerte: el primer jardín verdadero que vi fue el de Diana Bellessi. Más tarde, leí. Leí esos versos que llevo conmigo, versos portátiles que se van aglutinando en la memoria en circunstancias diversas sin que medie voluntad: Tener un jardín, es dejarse tener por él y su/ eterno movimiento de partida. A los veintidós años, en pleno nomadismo de las emociones, ansié, algún día, construir un jardín así. A esa edad: nómade y cándida, también omnipotente. Tardé una vida en entender que un jardín no se construye.

Los perros y yo

Por Katya Adaui
Los perros unen a las personas. Eso dicen todos. Mi madre y yo, por ejemplo, nos comunicamos a través de los perros.
La primera perra que tuvimos con mi hermana fue Princesa. Se murió al parir. Nos permitieron quedarnos con una de las crías. La nombramos Mota.
Mota murió sobre los pies de papá –si hubiera sido un gato se hubiera escondido, en cambio buscó a su persona favorita– luego de comer el veneno para ratas que mamá había echado en la cocina.